Somos restos del naufragio del tiempo,
instantes evanescentes,
conciencia ínfima.
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No has sabido retenerme,
espíritu nefasto del tiempo.
Has querido encerrarme en
el orden y la tranquilidad
y mi angustia me ha dicho
que soy libre.
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Estoy condenado a ser yo mismo
como pago a mi osadía de estar vivo
Reflexiones desde uno y otro lado del camino, a propósito de los Tiempos Líquidos.
domingo, 27 de junio de 2010
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